viernes, 13 de julio de 2012

¿tú o yo?

Dakota se encontraba prácticamente a oscuras en aquel lugar. Miró a su alrededor tratando de buscar un atisbo de que alguien más estaba allí, pero no veía a nadie. Sin embargo, sentía la extraña sensación de ser observada. Volvió a dar una vuelta sobre sí misma y entonces le vio. Él la observaba un par de pasos por detrás, tal y cómo la había visto en su futuro una y otra vez. Pero en aquella ocasión había llegado el momento por el que tanto había temido. Pero allí estaba ella. Tyler sabía exactamente cuales iban a ser sus movimientos, sabía que en la parte trasera del pantalón guardaba la daga que le costaría la vida, sabía cómo iba a suceder todo. Y estaba preparado para ello.
Dakota sacó lentamente el cuchillo de su pantalón y lo empuñó con fuerza. Trató de darle una estacada por la izquierda, tal y como Tyler había previsto. Este con un ágil movimiento consiguió arrancarle la daga de entre las manos. La empujó contra la pared y colocando el brazo sobre su garganta le apuntó con el filo al cuello. Dakota permaneció totalmente inmóvil mientras él clavaba su mirada en ella.
-¿Sabes? Por un momento pensé que no vendrías –habló él sin moverse de su posición.
-Tú mejor que nadie sabías que yo iba a estar aquí, que esto iba a pasar.
-Sí, lo sabía. Lo que no pensé es que te estaría apuntando con una daga en el cuello, pero lo único que querría sería besarte.
Aquello le pilló a Dakota desprevenida.
-Ambos sabemos que lo que ocurrió entre nosotros fue todo mentira, Tyler.
-¿Eso es lo que tú sientes? ¿Qué todo fue una mentira?
-Es que es así. Tú no te acercaste a mí porque yo te interesara, y yo no te seguí el rollo porque me gustabas. Ambos queríamos conseguir algo del otro.
-Pero las cosas cambiaron.
Dakota sabía que todo aquello le costaba más de admitir de lo que quería. Sabía que el acercarse simplemente a él para encontrar la información que querían se le había ido de las manos, y enamorarse de él en aquel momento había sido un problema. Aun así, cualquier cosa que sintiera por aquel chico no podía impedirle seguir con lo que había empezado. Pero no podía continuar observando aquellos ojos sin que su mente recordara todos aquellos momentos que pasó con él.
-Da igual lo que pasó, Tyler. Ya no importa.
-¿Por qué? Sé que todo empezó como una mentira, pero ¿y si ya no es lo mismo? ¿Y si me he enamorado de ti y no soy capaz de hacerte ningún daño?
Ella tragó saliva, sin saber qué contestar. Tyler apartó el brazo de su cuello y deslizó la daga por su torso mientras Dakota se estremecía a cada momento que notaba el filo en su piel. Tyler depositó el cuchillo sobre la mano de ella y se alejó un par de pasos.
-Haz lo que tengas que hacer, entonces. Se supone que uno de los dos no saldría de este encuentro, pero lo siento si no puedo defenderme –se colocó frente a ella y abrió los brazos en señal de rendición-. Vamos –la incitó.
Dakota notaba como sus ojos se anegaban en lágrimas mientras le observaba, sintiendo el peso del cuchillo en su mano. No pudo aguantar más y una lágrima resbaló por su mejilla. Desvió la mirada, sin poder aguantarla sobre él.
-¿No vas a hacer nada? –inquirió Tyler-. Mi muerte es lo que esperabas desde un principio.
El cuchillo resbaló de la mano de Dakota hasta el suelo y ella se cubrió el rostro con ambas manos.
-Está bien, Tyler. No, no puedo hacerlo. Desde el momento en el que he aparecido aquí lo he pensado. Ahora mismo soy incapaz de hacerte daño. Y sabes perfectamente cuál es el porqué. Es porque estoy... totalmente enamorada de ti.
Sin previo aviso él cogió su rostro entre sus manos y le besó apasionadamente. Ella no puso resistencia alguna y pasó los brazos alrededor de su cuello al tiempo que enredaba los dedos en su pelo.

martes, 3 de julio de 2012

¿POR QUÉ ESCRIBO?


¿POR QUÉ ESCRIBO?
Yo nunca he sido de estas personas que desde muy pequeñas han sabido qué querían ser. Mis futuros han pasado de bombera a cocinera, dibujante, diseñadora, y por fin ESCRITORA. Sí, finalmente me encantaría ganarme la vida con esto, así pues escribo. Y muchas veces me pregunto, ¿por qué lo hago?
¿Por qué escribo? Si muchas veces releo cosas escritas y me defraudo a mí misma viendo el desastre que he hecho, si me frustro por momentos cuando escribo y nada me gusta. O no me salen las palabras, ni el adjetivo que busco.
Pero entonces recapacito y pienso, ¿por qué escribo? Porque me encanta coger mi libreta y un bolígrafo e inundar el papel de palabras que den forma a mi imaginación. Porque adoro pasear por la calle y observar a mi alrededor y empaparme de cosas que me hacen imaginarme una situación, un pequeño relato o incluso una novela. Porque sentarme delante del ordenador y verme haciendo muecas frente a la pantalla simulando la expresión que pondrían mis personajes me encanta. Y el evadirme por completo mientras escribo y que esto me ayude a desahogarme. Y porque este precioso arte me hace sentir genial.