jueves, 23 de agosto de 2012

El aquí y ahora


Hay veces en las que uno no sabe qué sentir. Esos días en los que uno se siente confuso consigo mismo. A veces simplemente se deja correr, otras tu cabeza le da mil vueltas al problema. Pero, ¿por qué no únicamente olvidarse de lo ocurrido? ¿Por qué no dejarlo atrás? Muchas veces sentimos miedo de lo que ocurrirá en un futuro, otras deseamos paralizarnos en el pasado, en ese recuerdo que nos hace tan felices. Sin embargo, lo que debemos hacer es vivir el presente. ¿Por qué preocuparnos por el qué pasará?, si ni siquiera ha ocurrido. ¿Por qué preocuparnos por lo que pasó?, si ya no vas a recuperar ese momento que tal vez fue malo. Sí, duele dejar el pasado atrás, sobre todo esos minúsculos momentos que nos han hecho sentir tantísimo. Pero es lo que se debe hacer, es dejarlo en un rincón de tu mente y simplemente recordarlo como algo bueno. Como algo que te conmovió. El aquí y el ahora, eso es de lo que debemos vivir. Y será entonces cuando seamos felices, sin necesidad alguna de preocuparse por cosas que no estás viviendo.

lunes, 20 de agosto de 2012

Los polos opuestos no se atraen lo suficiente


Cuando te conocí pensé que eras un auténtico imbécil. Tan solo necesitaba dos palabras para describirte, engreído e hipócrita. No era difícil captar cómo eras, verte en aquel Mercedes plateado era suficiente, o escuchar de qué manera hablabas con tus amigos en la cafetería.
Todavía recuerdo cuando te acercaste a la barra la primera vez para pedir tu habitual capuchino y cómo te contesté ante tus arrogantes intentos de ligar. Sabía que tus encantos conmigo no iban a funcionar, pertenecíamos a vidas demasiado opuestas. Tu escasa familia, la mía tan desmesuradamente amplia; tu coche impecable, mi vieja bicicleta; tu enorme economía, la mía más bien insuficiente.
No entiendo cómo ocurrió, no teníamos nada en común, ni siquiera compartíamos los mismos gustos musicales. Pero de pronto tu actitud cambió. Dijiste que la culpable de todo aquel cambio había sido yo; que esa forma brusca que tenía de hablarte había sido la causante de todo lo que pasó después. Y que ninguna chica te había hecho sentir como yo lo hacía.
Así que irremediablemente me acabé enamorando de ti. Me enamoré de tu sonrisa perfecta y de tus inconfundibles ojos azules.
¿Qué pasó entonces? Yo creía que a pesar de nuestras diferencias todo era genial entre nosotros. Pero estaba equivocada. Pensé que no importaba que nuestras vidas fueran tan distintas. Sin embargo yo no encajaba en esas ridículas fiestas lujosas de vestidos de miles de dólares y bebiendo champán. Yo quería vestir mis vaqueros viejos y una sencilla camiseta y beber cerveza.
Eso fue lo que lo complicó todo. Y es entonces cuando creo que ambos debemos seguir nuestro camino. Tú seguir con tu vida de lujos y yo continuaré con la mía de sencilleces.
Los polos opuestos no se atraen lo suficiente.